top of page

La importancia del vínculo prenatal

Por Silvana Vargas



Cuando escuchamos la palabra “vínculo” o “apego”, automáticamente pensamos en la relación entre la madre y su niño durante los primeros años de vida, pero ¿Qué sucede durante el embarazo? Las investigaciones afirman que el vínculo mamá-bebé no surge específicamente luego del nacimiento, sino es consecuencia de un proceso prenatal.


Durante el embarazo, la madre y su bebé están muy conectados. El bebé necesita de su madre para poder desarrollarse y va a recibir de ella los nutrientes necesarios para crecer. Las neurociencias afirman que durante el periodo previo al nacimiento, el bebé empieza a generar sus primeras conexiones neuronales y sus primeras experiencia de vinculación. También, va a adquirir la capacidad de percibir algunos estímulos externos, como por ejemplo, la voz de su mamá, de tal manera que durante las primeras horas de vida, serán estos estímulos ya conocidos, lo que le brinden seguridad y faciliten el proceso de vincularse con ella. Los estados afectivos del bebé antes de nacer van a estar influenciados por la genética, la cultura, el afecto y la historia de su madre (Cyrulnik, 2004).


Cuando hablamos de “vínculo prenatal”, nos referimos a la relación dual, previa al nacimiento, entre madre y bebé. Podemos decir que esta relación es “de ida y vuelta”, pues así como el bebé va a recibir sus primeras sensaciones a través de su madre, en la mujer embarazada también surgirán los primeros sentimientos frente al bebé que tiene en su vientre; y partir de ello, irá desarrollando su identidad materna. Es decir, que desde el vientre materno, el bebé aportará afectivamente en su madre y viceversa. Existen tres componentes en el vínculo prenatal (Doam & Zimerman, 2008)


  • El componente cognitivo: relacionado a la capacidad imaginativa de la madre para pensar a su bebé próximo a nacer. La mamá va a fantasear con su bebé, antes de que nazca, va a pensar en cómo será, a quién se parecerá.

  • El componente emocional: relacionado a la sensibilidad y afectividad de la madre. La mamá tiene mucho deseo e ilusión por la llegada de su niño, de modo que el embarazo representará una experiencia llena de afecto, querrá llenarlo de amor y protección.

  • El componente comportamental: relacionado a las conductas o prácticas de autocuidado que la mamá emplea durante su gestación, como tener una buena alimentación, evitar exponerse a situaciones peligrosas, entre otras.


Estos componentes son indispensables para el desarrollo saludable del bebé. A partir de ello, podemos reflexionar sobre la importancia de relacionarnos con nuestros bebés durante el embarazo. Al igual que la alimentación o la protección física, el bebé necesita del amor y afecto de su madre (Bowlby, 1986). Por lo tanto, es indispensable que la mamá embarazada, acompañe a su bebé en vientre con palabras cariñosas y gestos de amor. Durante la gestación, también van a surgir temores o inseguridades relacionadas a la próxima llegada del bebé. Estos sentimientos contradictorios pueden ser muy difíciles de expresar o vivenciar, por ello, es importante que la madre se sienta protegida y contenida, ya sea por el papá del niño que nacerá, sus propios padres o familiares. La tranquilidad y protección que le brinda el entorno a la madre embarazada, será la misma que ella transmitirá a su bebé. Es importante mencionar que todas las madres cuentan con recursos innatos muy valiosos para cuidar de sus niños. Será a través del amor y el vínculo que vaya formando desde los meses de gestación lo que proporcionará las bases sólidas en en el niño próximo a nacer, y a su vez, se instalará en él la confianza que utilizará posteriormente para relacionarse con los demás.


Me gustaría finalizar enviando un saludo muy afectuoso a todas las mujeres que están viviendo o han vivido el proceso extraordinario del embarazo y la maternidad, y recordarles también que el lazo afectivo más fuerte es el de la madre y su bebé.


Un abrazo muy fuerte y ¡Feliz Día de la madre!


bottom of page