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Vacaciones escolares: una oportunidad para fortalecer los vínculos en la familia

Por: Luis Manuel Lucero



Las vacaciones escolares es uno de los momentos más esperados por niño(a)s, adolescentes y padres y madres ya que ven en este tiempo una oportunidad para compartir en familia. Sin embargo, este deseo muchas veces se ve limitado debido a las responsabilidades laborales de los padres y las madres ya que esto ocupa un tiempo significativo de su día. 

En ese sentido, se observa un panorama en el que lo(a)s niño(a)s y adolescentes disponen de tiempo libre para el compartir y la recreación familiar, mientras que los padres y las madres mantienen su rutina laboral. Ante esto, surgen la interrogante ¿es realmente las vacaciones escolares una oportunidad para fortalecer los vínculos afectivos en la familia? 

Para empezar, ante la llegada de las vacaciones escolares, mucho(a)s padres y madres se preguntan “¿qué hará mi hijo(a) en su tiempo libre? ¿a dónde le envío? ¿a quién le encargo?” Estos cuestionamientos suponen la intención de derivar a otro adulto su tiempo de cuidado y recreación con su hijo(a). En consecuencia, se reduce la oportunidad de compartir momentos significativos y con ello el fortalecimiento de sus vínculos afectivos. 

Ahora bien, cabe resaltar que esta situación responde a la realidad socioeconómica de cada familia. Es decir, los padres y las madres no eligen ausentarse en la vida de sus hij(a)s, sino que sus decisiones están impulsadas por las necesidades económicas que existe en el hogar. La cual, me atrevo a decir, es una “expresión de amor” que consiste en la búsqueda de querer brindarles una mejor calidad de vida.

No obstante, esta “expresión de amor” no siempre es reconocida por lo(a)s hijo(a)s debido a que no es absoluta; por lo que, debe estar acompañado por una serie de acciones que fortalezcan los lazos de amor, la confianza y la empatía entre los integrantes de la familia.

Entonces ¿cómo fortalecer los vínculos afectivos en la familia en estas vacaciones escolares? La respuesta a esta interrogante se reduce a “tiempo de calidad”. 

El tiempo de calidad a lo(a)s hijo(a)s va más allá de la cantidad horas que se les brinda. Puesto que, consiste en compartir espacios en las que puedan interactuar ya sea a través del juego o de una comunicación asertiva y respetuosa con la intención de manifestar sus afectos, tales como abrazos o expresiones de cariño, y acoger sus angustias, miedos y dudas con apertura y empatía. En ese marco, no consiste solo en compartir el espacio físicamente sino en involucrarse en lo que hace y dice el menor. 

A modo de conclusión, las vacaciones escolares son una oportunidad para fortalecer los vínculos afectivos en la familia cuando se brinda tiempo de calidad a lo(a)s hijo(a)s aún a pesar de las responsabilidades laborales que se tiene producto de las necesidades económicas del hogar.  


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