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¿Por qué es tan importante el primer año de vida?

Por: Luciana Espinoza

Los niños, se encuentran en constante aprendizaje a lo largo de su proceso de crecimiento. No obstante, es importante reconocer que, si bien a lo largo de este proceso, por medio de la interacción que empiezan a tener con nuevas experiencias, espacios y personas, irán aprendiendo y desarrollando habilidades y capacidades, este desarrollo se encontrará influenciado en gran parte por los primeros aprendizajes que desarrollaron en sus primeros meses de vida. Frente a ello, es importante considerar la importancia que tiene el primer año de vida para el desarrollo de los niños, ya que, es en los primeros meses, en donde él bebe por medio del cuidado de sus padres, desarrollará la base subjetiva que determinará su desarrollo emocional, cognitivo y social.


Caraballo (2017), explica que los niños desarrollan habilidades importantes en los primeros meses de vida, como no lo hacen en ningún otro momento de esta. Pues el niño aprende habilidades y capacidades físicas, sociales y psíquicas que servirán de base para el desarrollo posterior. Por un lado, se reconocen el desarrollo de las primeras habilidades motoras las cuales serán fundamentales para el desarrollo de los años posteriores. En tan sólo unos meses los niños aprenden capacidades importantes para el desarrollo, como la capacidad de hablar, gatear, caminar, dibujar o comer. No obstante, es importante reconocer que el niño no aprende estas habilidades de manera independiente, sino que el el aprendizaje y desarrollo de estas, se encontraran fuertemente influenciado por el ambiente familiar en donde el niño se desarrolla. Por ello, como Caraballo (2017) expresa, es fundamental que los niños crezcan en un ambiente que les permita sentirse comprendidos, queridos y protegidos para desarrollar la capacidad, seguridad y confianza necesaria para comenzar el proceso de desarrollo de habilidades y capacidades, las cuales determinarán su vida adulta.


Junto a ello, es importante reconocer también que es durante los primeros meses de vida que el niño establece, por medio de la interacción con sus figuras de cuidado, la construcción de sus primeros vínculos interpersonales. Por ello, aprende a partir de su interacción con sus figuras de cuidado no solo la base relacional para sus futuras interacciones con otras personas del medio, sino también para aprender a conectar consigo mismo. En este sentido, la calidad del cuidado y comprensión que perciba por parte de sus padres será determinante para su desarrollo personal e interpersonal. Esto debido, a que es en los primeros meses, en donde él bebe se encuentra frente a una mayor vulnerabilidad, pues es aún incapaz de hacerse cargo de sus necesidades. Con ello, el bebé mediante la atención, cuidado y protección que reconoce por parte de sus figuras de cuidado, comienza a confiar en la disponibilidad y accesibilidad de su cuidador y con ello, establecer un vínculo seguro que le permita el desarrollo de capacidades como la confianza, seguridad y autonomía. Frente a ello, la construcción de los primeros vínculos de cuidado, posibilita un buen desarrollo emocional, cognitivo, social e incluso una buena salud física en el niño (Sallazar-Collazo, 2010).


Finalmente, es importante reconocer el rol que asumen los padres en los primeros meses de vida de los niños. Este rol se relaciona con el poder reconocer y ajustarse a las necesidades del bebe y con ello, encontrarse accesibles para poder atender y responder estas de manera adecuada, demostrando con ello, una actitud de comprensión y cuidado. Con ello, es importante no sobreproteger y atender los requerimientos del niño, sino fomentar la autonomía de este, promoviendo que el niño empiece un proceso de autodescubrimiento y aprendizaje de sus propias capacidades. Esto debido, a que si bien es importante reconocer que en los primeros meses de vida el niño se encuentra en un mayor estado de vulnerabilidad y requiere un mayor cuidado por parte de los cuidadores, mientras va creciendo, también va desarrollando habilidades y capacidades que le permitirán el desarrollo de su propia autonomía (Caraballo, 2017). El rol de los padres frente a ello, se relaciona con el adaptarse al crecimiento que el niño va teniendo y con ello aprender a distanciarnos poco a poco del niño, dejando que el niño aprenda a recurrir a sus propias capacidades para satisfacer sus necesidades, con ello, como padres siempre manteniendo una actitud de disponibilidad frente a alguna dificultad que presente en este proceso.


Referencias


Caraballo (2017). Por qué el primer año de vida del bebé determina cómo será de adulto. Recuperado de: https://www.guiainfantil.com/blog/bebes/por-que-el-primer-ano-de-vida-del-bebe-determina-como-sera-de-adulto/


Sallazar-Collazo, M. (2010). El desarrollo del niño en el primer año de vida. En Revista Científico-Metodológica, 50, pp.65-70.


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