Por: María Alejandra Tinoco
Mirai no Mirai una pelicula que nos muestra cómo la llegada de un nuevo hermano transforma a toda la familia, rabia, celos, confusión… pero también amor.
Mirai no Mirai: los cambios que conlleva la llegada de un nuevo hermano
Para un niño pequeño, la llegada de un hermano menor no es solo un acontecimiento familiar, es una transformación total de su mundo. Mirai no Mirai (2018), de Mamoru Hosoda, ilustra con sensibilidad y realismo esta experiencia a través de los ojos de Kun, un niño de cuatro años que, de un día para otro, deja de ser el centro de atención.
Kun vive en un hogar amoroso, rodeado del cariño de sus padres y la rutina que le da seguridad. Sin embargo, cuando su hermana Mirai nace, su mundo se sacude. Su madre regresa al trabajo, su padre asume el rol de cuidador principal y, en medio de todo esto, Kun empieza a sentirse desplazado. El amor que antes recibía sin esfuerzo ahora parece estar condicionado por la presencia de su hermana. La película retrata con detalle la rabia, los celos y la confusión que un niño puede experimentar en este momento de su vida.
Pero más allá de la perspectiva de Kun, Mirai no Mirai también muestra el impacto en los padres. Criar a un segundo hijo no es repetir la experiencia del primero: las dinámicas cambian, los desafíos se multiplican y el cansancio pesa. Vemos a un padre que lucha por adaptarse a su nuevo rol, sintiéndose torpe e inseguro, mientras que la madre, aunque amorosa, carga con la frustración y el agotamiento. La película no idealiza la crianza, sino que la muestra con sus luces y sombras.
Lo más interesante de Mirai no Mirai es cómo utiliza la fantasía para representar el viaje emocional de Kun. A través del jardín de su casa, Kun accede a un portal donde se encuentra con versiones pasadas y futuras de su familia. Su perro, en forma humana, le revela que él también sufrió cuando Kun llegó y se convirtió en “el segundo” en recibir atención. Su madre de niña le muestra que ella también fue rebelde y traviesa, haciéndole ver que hasta los adultos alguna vez sintieron lo mismo que él. Su bisabuelo le enseña la importancia del esfuerzo y la perseverancia, en contraste con su deseo inmediato de ser el centro de atención otra vez. Finalmente, su hermana Mirai del futuro le permite ver que su relación con ella no se definirá solo por el presente, sino que crecerá con el tiempo.
Estos encuentros no solo enriquecen la historia, sino que representan de manera simbólica el proceso de adaptación por el que pasa un niño al recibir un nuevo hermano. Kun no cambia de un día para otro, pero poco a poco empieza a comprender que su familia no lo ha dejado de lado, sino que ha crecido. Aprende que el amor no es algo que se divide, sino que se expande.
Mirai no Mirai es una historia sobre celos infantiles, sí, pero también sobre la transformación de una familia con la llegada de un nuevo miembro. Es un reflejo de cómo los niños viven este proceso con intensidad y de cómo los padres, con errores y aciertos, intentan navegar estos cambios. Al final, nos deja con una enseñanza poderosa: el amor entre hermanos no siempre es inmediato, pero con el tiempo se construye y se fortalece.

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