Por: Wendy Alarcón
Hablar de violencia, en el Perú, es hablar dela violencia que viven las mujeres, más aun en este tiempo donde todos debemos estar en casa y donde se han registrado más casos de violencia contra la mujer; debido a que el agresor está en casa. Hablar de violencia es hablar de violencia tanto física, psicológica y emocional; e incluso se toca un tema de desigualdad de género que reina en nuestra sociedad, esa relación de poder y sometimiento que existe entre dos personas. Es importante identificar la situación crítica que atraviesan todas las mujeres, sobre todo ahora que atravesamos una situación difícil que es el COVID-19.
Dentro de todo este conjunto de violencia que vemos y oímos día tras día, poco se habla de la violencia a los hombres ¡sí! Entender esta situación, que es la violencia hacia un hombre, nos lleva a plantearnos muchas interrogantes. Quizás muchos se cuestionaran al leer este artículo: ¿Como una mujer puede pegar a su pareja? ¿Un Hombre? ¡Pero son ellos quienes maltratan a las mujeres; las estadísticas lo dicen! ¡No creo que un hombre se deje pegar! Y así entre otras preguntas y cuestionamientos surgirán. El hacernos estas preguntas no quiere decir que la violencia hacia los hombres no existe, al contrario si existe. Ante esto es crucial entender cuáles son las características de esta violencia, con qué frecuencia se da y hasta como se manifiesta.
En la sociedad que vivimos, para el género masculino muchas veces es difícil pedir ayuda, o poner una denuncia si sufren alguna tipo de violencia por parte de una mujer, pues se tiene el estigma de que el varón es el sexo fuerte. Es decir, este tipo de violencia, es una violencia de género oculta, y que solo se puede visualizar en las estadísticas o estudios que se realizan. En el año 2009 el Ministerio de la Mujer realizó un estudio que lleva por título “Violencia Familia y sexual en mujeres y varones de 15 a 59 años. En este estudio indican que con respecto al sexo, es decir quienes sufrieron de violencia ya sea varón o mujer, se encontraron diferencias a la forma de reaccionar frente a su victimario; las mujeres reaccionan llorando o respondiendo psicológica y físicamente; mientras que los varones mencionan reaccionar en mayor porcentaje no haciendo nada. En conclusión, mientras 6 de cada 10 mujeres reaccionan llorando, 3 de cada 10 varones no hacen nada o responden psicológicamente. Con esta información presentada te preguntarás por qué sucede esto.
Muchas veces los varones que son agredidos por su pareja, sufren problemas de autoestima que les impide cortar los eventos violentos que sufren por parte de su pareja. Llegan a ser sometidos por sexo el opuesto, que en muchos casos su poder físico y dominación masculina quedan atrás, y es hay un deterioro emocional que lleva al varón a ser sometido por su victimaria, en este caso. Existen casos, donde los propios hombres no son conscientes de estar viviendo esta situación. Aquí también se asoma el tema cultural, que no llegan a denunciar este acto por el temor o el que dirán las personas, si siendo hombres denuncian a una mujer por violencia. Están los temas los temas de credibilidad, que por ser un hombre, a la hora de poner la denuncia no es creíble su versión o la revictimización. También, el miedo a caer en ridículo frente a los demás y hasta no contar con el apoyo familia, ya que tener una red de apoyo es fundamental para superar esta situación.
El tema de violencia es un tema de piel, que se ve día a día en el Perú y las estadísticas lo demuestran. Por ello debemos ser conscientes que es lo que trae el tema de violencia, es decir que hay detrás de todo esto. Recuerda también que ser hombre no implica no sentir, al contrario todo somos seres humanos. Hablar de violencia en hombres no es minimizar lo que sucede con las mujeres, al contrario es llamar a una reflexión a todos, que estamos haciendo, qué estamos haciendo con nosotros, con nuestros hijos y con los demás. Así como trabajar en el tema de prevención y salud mental.
REFERENCIAS
Bardales, O., & Huallpa, E. (2009). Violencia familia y sexual en mujeres y varones de 15 a 59 años. Ministerio de la Mujer Y Desarrollo social, 71.
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