Expectativas sobre la llegada de un nuevo hermano
- La Casa de la Familia
- 20 mar
- 3 Min. de lectura
Autora: Estrella Arana

Entre expectativas y emociones: Un nuevo hermano
La llegada de un nuevo hermano(a) es un evento profundamente significativo para un niño(a). Este cambio genera una serie de expectativas y fantasías que se entrelazan con sus emociones. Según Parens (1998), indica que los hermanos que están por venir pueden ser el lugar donde se depositan muchas emociones, lo cual también contribuye al desarrollo de la experiencia psíquica.
Así pues, por un lado, el niño(a) puede experimentar emoción o alegría al imaginarse en un papel protector, deseando enseñar cosas al nuevo hermano, guiarlo y disfrutar de la sensación de ser el líder en la relación. Esta fantasía puede incluir también el deseo de "maternar" al hermano, brindándole cariño y cuidados, al mismo tiempo que visualiza la llegada del bebé como una oportunidad para tener un nuevo compañero con quien jugar y compartir nuevas aventuras.
Por otro lado, también es común que surjan inseguridades y miedos. El niño(a) puede temer perder el cariño de los padres o sentirse desplazado por la atención que el hermano requiere, e inclusive sentir celos de este último. De ese modo, se puede presentar sentimientos ambivalentes; es decir, estar emocionado de tener un hermano, pero a la vez presentar miedo de los cambios que ello conlleva, lo cual refleja la complejidad emocional del hermano(a) mayor.
Frente a este cúmulo de expectativas y emociones, el rol de los padres es fundamental en el proceso de adaptación a la llegada de un nuevo hermano. Como señalan Chen y colaboradores (2018), las expectativas del niño(a) no solo dependen de su propia percepción, sino también de la preparación y comunicación de los padres. Si los padres informan y preparan adecuadamente a los hijos mayores, pueden ayudarles a reducir la ansiedad y a formar expectativas más optimistas y realistas sobre su nuevo rol como hermanos. En cambio, si la información se da de manera tardía o inadecuada, es más probable que surjan expectativas pesimistas, lo que puede incrementar los sentimientos de inseguridad en el niño(a) que se convierte en hermano(a) mayor.
De este modo, la llegada de un nuevo hermano es, en efecto, un momento de crecimiento y ajuste, en el que muchas de las expectativas del niño(a) pueden verse desafiadas cuando nace el bebé. Por tanto, es fundamental que los padres escuchen y validen los temores e inseguridades de sus hijos(as), ayudándoles a encontrar formas de sentirse seguros y aceptados a lo largo de todo el proceso.
En definitiva, las expectativas, fantasías, deseos y emociones generadas por la llegada de un hermano son una parte natural de la adaptación a este evento. Aunque estas expectativas no siempre se cumplen como se esperan, el papel de los padres es clave para guiar y acompañar al niño(a). Esto debido a que pueden ayudarles a ajustar sus expectativas, lo que facilitará la aceptación y convivencia con el nuevo miembro de la familia. De esa forma, promueven una visión realista y validan las emociones de sus hijos, quienes transitan por este viaje emocional a la espera del nuevo miembro familiar.
Bibliografía:
Chen, B.-B., Han, W., Wang, Y., Sui, Y., Chen, Z., & Wan, L. (2018). The reaction of firstborn children to a sibling before the birth: the role of the time at which they are told about the mother’s pregnancy and their effortful control. Journal of Reproductive and Infant Psychology, 36(2), 158–167. https://doi.org/10.1080/02646838.2018.1437257
Parens, Henri (1988). Siblings in Early Childhood: Some Direct Observational Findings. En: Psychoanalytic Inquiry, 8: 31-60.
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