
Por: Luz Marina Cavero P.
En la era digital, el teléfono celular se ha convertido en una herramienta indispensable para la vida cotidiana. Sin embargo, su uso excesivo ha generado un problema creciente en la dinámica familiar debido a que existen padres cada vez más absortos en sus dispositivos y menos conectados emocionalmente con sus hijos. Este fenómeno, conocido como "phubbing parental", afecta el desarrollo emocional y social de los niños, limitando su capacidad de establecer vínculos saludables.
La escena se ha vuelto común: padres en un parque, restaurante o incluso en casa, desplazando la pantalla de su celular mientras sus hijos intentan captar su atención. Investigaciones han demostrado que los niños cuyos padres pasan más tiempo en sus dispositivos móviles tienden a desarrollar sentimientos de rechazo, ansiedad y problemas de conducta. Un estudio publicado en la revista Child Development encontró que la falta de interacción cara a cara puede afectar negativamente la autoestima y las habilidades emocionales de los niños.
Los juegos y la interacción directa son fundamentales para el desarrollo infantil. A través del juego, los niños aprenden a expresar emociones, a comunicarse y a desarrollar la creatividad. Sin embargo, cuando los padres están más conectados con su teléfono que con sus hijos, se pierde una oportunidad invaluable para fortalecer el vínculo familiar. La desconexión emocional genera frustración en los niños, quienes pueden recurrir a comportamientos desafiantes para llamar la atención de sus progenitores.
Para contrarrestar este problema, es fundamental que los padres establezcan límites en el uso del celular y fomenten momentos de calidad con sus hijos. Algunas estrategias efectivas incluyen establecer "zonas libres de tecnología" en casa, reservar tiempo exclusivo para el juego sin interrupciones digitales y modelar hábitos saludables en el uso de dispositivos móviles. La clave está en equilibrar la conectividad digital con la conexión emocional, asegurando que los niños se sientan valorados y escuchados.
El desafío actual para los padres es aprender a utilizar la tecnología de manera consciente, sin permitir que esta interfiera en la relación con sus hijos. Un simple cambio de hábito, como guardar el celular durante las comidas o en los momentos de juego, puede marcar la diferencia en el desarrollo emocional de los niños y en la calidad de la relación familiar. Al final, la pregunta es: ¿Qué mensaje queremos dejarles a nuestros hijos? ¿Uno de desconexión o uno de presencia y amor?
Referencias
Radesky, J. S., Kistin, C. J., Zuckerman, B., Nitzberg, K., Gross, J., Kaplan-Sanoff, M., Augustyn, M., & Silverstein, M. (2014). Patterns of Mobile Device Use by Caregivers and Children During Meals in Fast Food Restaurants. Pediatrics, 133(4), e843–e849. https://doi.org/10.1542/peds.2013-3703
Steiner-Adair, C., & Barker, T. (2013). The Big Disconnect: Protecting Childhood and Family Relationships in the Digital Age. Harper.
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