Por: Luis Espil
Para poder hablar sobre este importante tema, es necesario hablar de la familia, pues en ese ambiente yace todo el cuidado y afecto para los pequeños de nuestros hogares. La familia está definida como la base de la sociedad y está constituida por personas con vínculo de parentesco o de matrimonio. Principalmente, la función de la familia es brindar a sus miembros protección, apoyo, compañía, ayuda e interacción. Del mismo modo, los primeros años de vida de los niños, principalmente los primeros siete, constituyen una etapa especialmente sensible para todo el desarrollo posterior. Las vivencias de estos primeros años son los pilares sobre los cuales los niños se construirán a nivel psicológico y emocional. Son estos años sensibles y sus experiencias, los que abren o cierran al mundo.
De acuerdo a ello, las primeras relaciones interpersonales que las personas crean, son con su familia, ya que este es su entorno más cercano; donde se aprende a comportarse y a interactuar. Es en la familia donde se aprende a conocer a los otros y a darse a conocer y en esta dinámica de crear, y fortalecer las relaciones interpersonales. En ese sentido, se destaca la comunicación; ya que es por medio de ella que los niños(a) aprenden a expresarse valorando sus ideas y reconociendo en otras personas, sus ideas valiosas y diferentes. En esta misma línea, desde la infancia se palpa ese encuentro con el mundo de la socialización a través de la experiencia. Asimismo, las formas de comunicarse que se aprenden en la familia serán fundamentales para expresarse en la escuela y tener mayor o menor habilidades a nivel académico.
Asimismo, acompañar, significa leer de manera consciente y contextualizada a los niños y las niñas en su acción, para transformar y diseñar el ambiente que habitan y usar diversas formas de estar para él o ella, ofreciéndoles aquello que necesitan (Men, 2017). Esas formas de estar o acompañar de los padres de familia, se recrean en las siguientes acciones: estar presentes desde la corporalidad, aspecto básico de la niñez en los procesos relacionales; implica a su vez acompañar desde el diálogo. A su vez, facilitar puentes de comunicación mediados por la creatividad y el ingenio para leer la realidad infantil. Del mismo modo, posibilitando una escucha activa, básica para participar de sus cuentos, de su creatividad, sueños y manifestaciones de alegrías, todo ello, con la finalidad de crear un contexto de apertura para que la niñez desarrolle su oralidad, se exprese con el cuerpo, manifieste creatividad e ingenio.
Para concluir, la familia es el primer ambiente y el más enriquecedor para el desarrollo del niño, es clave, que nosotros, como padres, mostrar con ejemplo la calidad de las relaciones interpersonales dentro de la familia. Ello va complementado con el acompañamiento afectivo en el que se muestra un ambiente de apertura, construido por la comunicación, la escucha y la participación activa de los afectos.
Referencias:
Men. (2017). ¿Cómo participar en los procesos educativos de la escuela? (Guía 26), Cartilla para padres de familia. https://www.mineducacion.gov.co/1759/articles120646_archivo_pdf.pdf
Muñoz, Y. & Mateus, J. (2015). Acompañamiento efectivo de los padres de familia en el proceso escolar de los niños de 6 a 7 años del liceo infantil mi nuevo mundo. Programa de licenciatura en pedagogía infantil. Fundación Universitaria los Libertadores. Bogota, Colombia. Recuperado de: https://repository.libertadores.edu.co/bitstream/handle/11371/298/YadiraOlayaMunoz.pdf?sequence=2
Commenti